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En cualquier tipo de alimentación para perros existen ventajas y desventajas. Sin embargo, múltiples estudios muestran que los animales alimentados con dietas BARF® suelen presentar una salud superior y mayor vitalidad en comparación con opciones procesadas como los alimentos secos o enlatados. Al no someterse a cocción ni tratamientos térmicos, las dietas crudas conservan nutrientes en su estado natural, manteniendo enzimas activas, fitonutrientes y compuestos esenciales que contribuyen a una vida más larga y saludable.
¿Existen riesgos al manipular una dieta cruda?
Como con cualquier alimento crudo, es importante adoptar hábitos de manipulación seguros. Recomendamos seguir nuestras instrucciones de higiene: lavar bien las manos, desinfectar platos y utensilios, mantener la cadena de frío y tratar la carne cruda igual que lo haría con pollo fresco en su cocina. Estas prácticas reducen significativamente los riesgos asociados.
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Beneficios de la dieta cruda
Dientes más limpios.
Heces más pequeñas y firmes.
Energía superior.
Piel y pelaje más sanos.
Mayor tasa de aceptación por parte del perro: se mantienen saciados durante más tiempo.
Mejor control del peso.
Digestión mejorada.
¿Te preocupa el cambio?
Algunos tutores creen que una dieta cruda podría generar molestias digestivas, pero en realidad el perro procesa de manera distinta los ultraprocesados y la comida natural. El alimento seco es principalmente almidón: una fuente de energía rápida. En cambio, la dieta cruda se digiere como proteína, un nutriente que requiere más tiempo en el estómago. Por eso, los perros suelen sentirse más satisfechos y saciados durante más tiempo con alimentación cruda.
Cuando se cambia la dieta de forma brusca, o se mezcla alimento crudo con ultraprocesados, el sistema digestivo puede confundirse y generar malestar, vómitos o diarrea. Con una transición progresiva, el organismo del perro se adapta sin problemas y el cambio resulta mucho más cómodo y seguro.
¿Es buena la dieta cruda para los perros?
Desmintiendo seis mitos comunes
MITO #1 – Los perros pequeños no pueden comer dieta cruda
Las razas toy y los perros de tamaño pequeño tienen mandíbulas reducidas, pero prácticamente la misma cantidad de dientes que un perro grande. Esto hace que muchos dientes queden apretados y mal posicionados, generando grietas y espacios donde se acumulan bacterias.
Los huesos carnosos crudos ayudan a limpiar esas zonas difíciles, favoreciendo una mejor higiene dental y reduciendo la formación de placa.
Además, los huesos crudos presentan un riesgo mucho menor de astillarse y causar problemas como asfixia o perforaciones gastrointestinales en comparación con huesos cocidos.
MITO #2 – Las dietas crudas son caras e inconvenientes
El costo y la practicidad son importantes, pero la prioridad siempre debe ser la salud de tu perro. Los alimentos ultraprocesados tienen componentes de baja calidad que pasan casi sin digerirse y pueden generar molestias gastrointestinales, gases y poca absorción de nutrientes. En cambio, una alimentación natural y cruda favorece una digestión más eficiente y un bienestar general superior.
La dieta BARF puede ser tan accesible y práctica como vos decidas.
En ACBA trabajamos para que la alimentación natural sea fácil de implementar y compatible con tu presupuesto.
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MITO #3 – “Mi perro no necesita comida cruda”
Durante años, muchos perros comieron alimentos ultraprocesados con ingredientes difíciles de digerir, lo que afectó su digestión y sistema inmune. El perro utiliza enzimas distintas para procesar granos y para digerir proteína animal, pero las croquetas —por su cocción y tratamiento— hacen que el organismo las procese como almidón, no como carne real.
La anatomía del perro demuestra que está diseñado para consumir proteína fresca y alimentos naturales. Por eso, una dieta cruda resulta más fácil de digerir y más apropiada que los productos basados en granos y procesados.
MITO #4 – “Las bacterias de la carne cruda van a dañar a mi perro”
La carne cruda puede contener bacterias como la salmonela, pero un perro sano está perfectamente preparado para manejarlas. Su estómago funciona como un medio altamente ácido, diseñado para destruir bacterias y digerir carne fresca con seguridad.
Es cierto que los perros pueden eliminar bacterias a través de sus heces, pero con una higiene básica —lavado de manos y limpieza adecuada— el riesgo para las personas es mínimo.
Además, es importante recordar que también se han registrado numerosos casos de salmonela en perros alimentados con ultraprocesados, por lo que no es un problema exclusivo de la dieta cruda.
MITO #5 – “La dieta cruda vuelve agresivo a mi perro”
La alimentación cruda no genera agresividad; al contrario, favorece el equilibrio del organismo y puede mejorar el bienestar mental. Un sistema digestivo funcionando correctamente ayuda a que el perro esté más tranquilo y estable.
En cambio, cuando un perro tiene molestias digestivas causadas por una mala alimentación —como suele ocurrir con los ultraprocesados— es más común que muestre incomodidad, irritabilidad o conductas fuera de lo habitual.
MITO #6 – “Los huesos crudos son peligrosos y pueden causar asfixia”
Todo hueso tiene un riesgo potencial, pero los huesos cocidos son los realmente peligrosos: al volverse frágiles, se astillan con facilidad y pueden causar obstrucciones o lesiones.
Los huesos crudos, en cambio, son mucho más seguros. Ayudan a fortalecer la mandíbula, limpian los dientes de forma natural, reducen la placa y mejoran notablemente el aliento. También pueden ofrecerse como un premio saludable y enriquecedor para tu perro.
Empezá hoy el cambio hacia una alimentación realmente biológicamente adecuada.
Ahora que ya conocés la calidad de nuestros ingredientes, es momento de que tu mascota los disfrute. Elegí la mejor alimentación natural para perros y ofrecéle un producto crudo, fresco y nutritivo. Dale a tu compañero los nutrientes que necesita para mantener un cuerpo fuerte y una mente equilibrada.
